Neutralidad en red: ¿todos los bytes son iguales?
Suena como una idea excelente: que los proveedores de servicio de internet tengan que tratar igual a todo el contenido en internet, sin throttling, sin limitar los sitios a los que puedes tener acceso. Después de todo, la compañía no debería hacer distinción si sus clientes quieren utilizar el internet para ver películas, descargar música, hacer compras o leer noticias. Todos los bytes son iguales y deberían ser tratados igual.
¿Por qué no hace sentido?
En la práctica es una idea tan tonta como creer que todas las tiendas deberían cobrar una cuota de 200 pesos por entrar sin importar lo que te lleves. No solo te obligaría en muchas ocasiones a pagar más de lo que tienes pensado sino que también generaría incentivos para llevarte todo lo que puedas cargar y no solo eso, la gente preferiría ir a las tiendas más grandes y con más variedad porque podrían conseguir más por su cuota. La neutralidad en red no es sino una regulación desastrosa más. Entiendo que sería muy incómodo que tu proveedor de servicio te pudiera cobrar un precio más caro por un paquete que incluye acceso a Netflix que por uno que no. Pero por otro sería mucho más cómodo poder pagar por el internet que usas y no por todo el internet.
No hay tal cosa como una distribución neutral de los recursos. En los mercados los bienes se distribuyen de acuerdo a los precios, si la demanda es mayor los precios serán mayores y así existirán incentivos para que los proveedores del recurso llenen ese espacio en el mercado.
El ancho de banda de los proveedores de internet es un recurso limitado por la infraestructura de quien los provee. Los sitios de streaming de video o las plataformas de videojuegos como Steam utilizan mucho más ancho de banda que los sitios de noticias o las redes sociales. El ancho de banda no es un bien que pudiera clasificarse como público bajo ninguna definición, el cable que llega a su modem desde la calle comparte una línea con todos los vecinos que tienen un contrato con su mismo proveedor, esos cables pueden transferir un número muy alto pero limitado de datos y cuando el internet es neutral estamos ante un escenario en donde quien aproveche más el ancho de banda estará subsidiado por los que apenas usan el internet para revisar el correo electrónico y Facebook.
Los efectos de la neutralidad de la red
Debido a esto la neutralidad en red tiene varios efectos negativos para el mercado del internet. Igual que sucede con gran parte de las regulaciones, al final solo aquellos proveedores de servicio que cuenten con una infraestructura suficiente para dar acceso a sitios que utilizan un gran ancho de banda podrán entrar o continuar en el mercado, un pequeño proveedor de servicio que intentara entrar al mercado no tendría manera de competir y por lo tanto se estarían creando monopolios. Una legislación como esta no sólo eliminaría los límites de ancho de banda, también desaparecería la diferenciación de sitios y así los proveedores de servicio de internet por teléfono estarían obligados a desaparecer los planes que incluyen redes sociales, Whatsapp, Spotify hasta PokemonGo ilimitado, la neutralidad va en todas direcciones.
En México la neutralidad en red está legislada en los artículos 145 y 146 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radio Difusión. Y aunque no es del todo respetada por los proveedores de servicio su existencia podría explicar las pocas opciones que tenemos para contratar servicios de red. Leyes como éstas limitan nuestra posibilidad de escoger un plan de internet que nos sea conveniente. Tal vez una persona no necesite más que correo electrónico y redes sociales mientras que otras prefieran pagar por Netflix o PornHub. Ahí está el gran problema de la neutralidad en red, aunque parezca que abre la puerta a un internet más libre, en realidad limita nuestras opciones como consumidores dándole una ventaja injusta a los grandes proveedores de servicio y cerrando las puertas a nuevas empresas.
