Anarco-nacionalismo ¿El romance perdido?

Comúnmente consideramos al nacionalismo como uno de los polos opuestos de la libertad individual. ¿O hay exigencia menos libertaria que morir por la nación? Sin embargo, los primeros nacionalistas eran férreos enemigos del Estado. Conviene recordarlo en estas breves líneas.

Sin duda, la tradición sitúa a Johann Gottfried Herder como el núcleo de lo que después se convertiría en el movimiento nacionalista en la Alemania del siglo XVIII y XIX, cuyo zenit sería sin duda el discurso a la nación alemana de Fichte. Éste último, sin duda era un nacionalista como lo conocemos hoy en día, pues veía en el liberalismo una doctrina política absurda y en el amor a la patria la única forma de alcanzar la libertad. Fichte es sin duda el padre del término moderno de nacionalismo.

Herder, sin embargo, tenía en mente otros proyectos. Recuperando los mitos tradicionales del antiguo Sacro Imperio Germánico y recopilando la sangre nueva de la literatura germánica, Herder inspiró el Sturm and Drag y el movimiento pre romántico. En otrora amigo de Kant, en su edad adulta, fue cobijado por Hamann, enemigo de Kant y conocido como el mago del norte, con cuyas ideas acerca de la lengua como espacio de verdad comulgaba más que con las de una razón y una moral pura. Herder estaba convencido de que el espíritu de los alemanes era nutrido por la tierra, por su forma de vivir, por la familia y por las tradiciones, en resumen, por aquello que denomino Volksgeist. Un espíritu germánico que iba más allá de la división política que existía en aquel tiempo. En este sentido, el Volksgeist estaba antes que la política.

Recordemos qué pasaba políticamente en ese entonces. Federico II, el Grande, era el rey de Prusia, región que, por su poderío militar, económico e intelectual, controlaba, junto con Austria, la región germana. Federico el Grande era el parangón del Despota Ilustrado, lo que le valió el reconocimiento del mismo Kant en su “¿Qué es la Ilustración?”. SIn embargo, Federico II era un gran admirador de la cultura francesa; basta contemplar su copia de Versailles, Sanssouci, a las afueras de Berlín, la capital de Prusia, para darnos cuenta de lo influenciado que estaba por la civilización francesa. Así mismo, Federico exigía a sus artistas alinearse con los cánones del clasicismo francés y se lamentaba que el pueblo germánico careciera de talento como su vecino del Oeste.

El afrancesamiento de la corte era una tradición para Herder y para todos sus continuadores. El arte, la literatura y el modo de vida del pueblo germánico no correspondía con el del francés simplemente porque su espíritu era diferente. Para Herder, Federico II era el rey afrancesado que no sabía ver el Volksgeist de los germanos y de ahí venía su ignorancia y su intento por cambiar a través de la política lo que la naturaleza había hecho por la historia. Podemos ver que Herder por lo tanto veía en la política una artificialidad que trataba de cambiar lo que el pueblo era por naturaleza, sus costumbres, su historia, su modo de vida. La política era algo así como un artificio que podría a los hombres porque los alejaba de sus lazos más íntimos, sus lazos espirituales.

Isaiah Berlín afirma que Herder era mucho más cercano a Bakunin que a Hitler, pues creía en lazos primordiales entre los hombres, relaciones que no pasaban por la política, sino por su espíritu, que a fin de cuentas no puede ser más que heredado. Herder creía que toda coerción estatal transformaba y mutilaba el espíritu de los hombres. Berlín afirma que Herder creía en el “comercio” entre los hombres, “comercio” como la relación que no pasa por una imposición, sino por la voluntad de dos personas que, reconociéndose en el mismo espíritu, deciden vivir en paz con sus semejantes.

Así pues, vemos que el nacionalismo, en su origen, es un tipo de anarquismo. Tal vez lo hemos olvidado tras tanta sangre derramada en nombre de la patria, pero de vez en cuando es bueno recordar que el proyecto nacional empieza como un proyecto de libertad personal.

También te podría gustar...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *