Destrucción Sísmica del Libertarismo
Primero el anarcocapitalismo que supone erróneamente que el hombre es un ser “bueno” y cooperativo y que en consecuencia el estado es un estorbo. Luego vienen los minarquistas que si aceptan la existencia del estado, pero limitado a policías, bomberos, ejército, tribunales para la impartición de la justicia y paren de contar. El sismo del pasado 19 de septiembre, pone en relieve que esas ideas, muy bonitas y muy “morales”, son una tontería: Se han caído edificaciones matando a niños en la escuela Rébsamen, asunto que, siendo padre de una pequeñita me trae en extremo triste y dolido. Más esos edificios condominios habitacionales que han colapsado, dejando cientos de muertos y de heridos, gente que ha perdido la vida, o su patrimonio
¿Por qué? Por un corrupto estado y más corruptos constructores que en su afán de lucrar lo más posible han ignorado el reglamento de construcciones; no han cimentado en zonas con alto riesgo como debiera de ser, sus diseños estructurales sin considerar la dinámica a la que estará sujeta la edificación bajo un terremoto, poner en columnas y trabes, menos varillas o de menor espesor, espaciar más los estribes (varillas que rodean la columna cada tantos centímetros o en espiral), usar concretos más baratos, no utilizar juntas antisísmicas, poner menos trabes de las necesarias, porque todo eso cuesta y cuesta mucho y reduce las ganancias de los infelices, desgraciados. ¿Demandar? Si ya están muertos aplastados, ¿Cómo van a demandar?
La tecnología antisísmica existe, ahí está la Torre Latinoamericana, la Torre Mayor, La Torre Bancomer, el edificio de Pemex, el WTC, pero parece ser que sólo en mega construcciones se aplica, no en un edificio de condominio, por eso es que se requiere de un reglamento y el poder de coerción del estado para hacerlo valer. Qué aquí tengamos gobiernos corruptos, no quiere decir que no se requiere de una fuerza coercitiva para obligar al capitalista a reducir las ganancias para que la edificación tenga seguridad. ¿Más claro?
Me queda a mí muy claro, que aquí la libertad, es peligrosa y hasta asesina. Von Mises nos dice que la gente actúa buscando siempre su beneficio, pero resulta que el beneficio particular de las inmobiliarias, por ejemplo, es el máximo lucro, y no producir un producto de calidad y con características antisísmicas que garanticen soportará hasta un sismo de X.X en la escala de Richter.
Y no solamente son los diseños los que requieren supervisión, también la ejecución de la obra, tiene que inspeccionarse y vigilarse que se esté poniendo la cantidad y características del acero especificado, que el acero usado cumpla con normas estrictas, que el concreto sea el que debe de ser, etc. Por tanto, no sólo es un reglamento, también es la inspección, y eso cuesta, y cuesta mucho, pero en zonas sísmicas el comprador de un bien inmobiliario debiera de recibir un certificado que lo que adquiere cumple con las normas de diseño y de ejecución de la obra.
Y, junto con los sismos, se tienen otros ingenios como recipientes de presión (que pueden estallar), colisiones de vehículos, emisiones, contaminación, manejo de materiales peligrosos, y un largo etc. Que hace evidente que la sociedad requiere de un ente o institución que obligue al capitalista a producir ingenios que serán seguros y que NO van a lesionar o quitar la vida a sus consumidores.
¿Más claro?
El problema que queda, y que es muy importante es que si se tiene un estado corrupto, de nada vale el reglamento. Su corrupción es asesina, y esto debe de terminarse. Creo que la solución serían agencias privadas de certificación de las construcciones, que a su vez debieran de ser avaladas por instituciones de comprobada capacidad técnica y probidad, y certificadas con regularidad. Con esto nos quitaríamos de burocracia, pero mantendríamos la necesidad de un ente que utilice la coerción: “No puedes vender un solo departamento si la construcción no está certificada”.
Yo era libertario. Pero esta columna me convenció de ser PANista.
No tan rápido Andres, todavía tenemos varias columnas sobre el tema. ¡Espero nos sigas leyendo!
Me parece que el ideal de Ayn Rand es viable . . . pero nunca producto de un parto sin dolor.
El pragmatismo de Rodolfo Sosa, como muchos otros, impacta, pero frustra la visualización de las posibilidades del ideal Objetivista que invito a conocer y perfilar.
El colectivismo y el misticismo están profundamente arraigados en la humanidad a tal grado que encandilan a mentes brillantes formadas en su filosofía destructora de la mente y la razón, hoy por hoy bastante ofuscadas. No se diga especialmente en lan ideosincracia común de los mexicanos.