Medio Siglo de Miseria en Cuba
Casi en silencio, con justificada vergüenza, en estos días se conmemoró el medio siglo de la creación de la llamada Libreta de Abastecimiento en Cuba, una idea surgida en 1962 de la mente de Ernesto Ché Guevara, entonces ministro cubano de Industrias y que antes sólo había sido asesino de opositores, disidentes y de población indefensa. Con dichos antecedentes, no era difícil imaginar cómo le iría a la pobre economía cubana.
No deja de ser una ironía orweliana el llamar “Libreta de Abastecimiento” a una simple cartilla de racionamiento. Cuando Fidel Castro anunció la medida, en 1963, explicó que lo hacía para combatir la escasez de alimentos y la especulación en su precio de venta. También se argumentaba que la cartilla era una necesidad obligada por el bloqueo norteamericano, tesis que sigue al día de hoy, incluso cuando cerca del 80% de los alimentos que se consumen en Cuba son importados. Entonces, las autoridades cubanas decían que la cartilla tendría una corta duración, de no más de seis u ocho meses, máximo un año. El resultado, medio siglo después, es que Cuba ha mantenido el racionamiento durante más tiempo que ninguna nación en la historia moderna.
Al respecto, es curioso confrontar los argumentos para implantar la libreta en Cuba hace medio siglo con, por ejemplo, los utilizados para pretextar la escasez de productos básicos en Venezuela o Argentina hoy en día. En buena medida, hace medio siglo la dirigencia cubana escribió el script que se ha venido utilizando desde entonces para camuflar la irresponsabilidad, el mal manejo económico y el aprovechamiento político de la pobreza, detrás de la coartada de la lucha “anti imperialista” y contra la “especulación”. Venezuela incluso trató de implantar hace muy poco tiempo su propia cartilla de racionamiento, pero tuvo que desistir ante el vivo rechazo social.
La actual cuota mensual de productos subsidiados por persona que proporciona la Libreta de Abastecimiento es de cinco huevos, una libra (460 gramos) de frijoles, cuatro libras de azúcar, media libra de aceite, una libra de pollo, siete libras de arroz, cuatro onzas (115 gramos) de café, un paquete de pasta. Incluye también otras 11 onzas (316 gramos) de pollo y media libra de picadillo de soya. Aunque desde su instauración, la libreta ha venido adelgazando. La cuota de productos subsidiados comenzó a enflaquecer con la crisis que vivió la isla en los años 90 tras la desintegración de la Unión Soviética. Desde el inicio de la dictadura castrista, Cuba sobrevivió gracias al subsidio de la ex URSS, que le otorgó 65 mil millones de dólares en “préstamos y ayudas” hasta 1990, por el colapso de su economía. Siguió un largo período de estrecheces, reflejado en la merma de productos de la libreta (carne de res, pescado, leche fresca, patatas, tabaco, jabón, pasta dental, detergente…), hasta la llegada del socialismo a Venezuela en 1999, que ha aportado a Cuba más de 130 mil barriles de petróleo diarios, además de fondos por 34 mil millones de dólares, sólo en el último lustro. Como consecuencia de la crisis económica que actualmente atraviesa Venezuela, la libreta seguramente tendrá que volver a adelgazarse.
Fuentes del Gobierno sostienen que mantener la libreta cuesta unos 1.000 millones de dólares anuales, de los cuales la población solo paga el 12,3 por ciento y el resto corre por cuenta del Estado. Frente a este abultado costo para un país tan pobre como Cuba, el gobierno de Raúl Castro comenzó a hablar en 2010 de su gradual desaparición, lo que no se ha puesto en práctica, seguramente por temor a la reacción de la gente. Al respecto, hay un refrán cubano: “Con la libreta nadie puede vivir, pero sin la libreta hay mucha gente que no puede vivir”.
Como ha señalado Carlos Alberto Montaner, “la libreta de abastecimiento es un modo nada sutil de control social y una forma contundente de obligar a la obediencia”. Al respecto, quizá sean los mecanismos para obligar a la obediencia y al miedo la razón que está en la base de porqué unas dictaduras caen y otras se mantienen. Quizá, sólo quizá, sea esa la razón por la que Brasil protesta y Venezuela no: el chavismo tuvo más éxito que el PT al implantar una crecida red de subsidios, ayudas y temor de perderlos.
La dictadura cubana se ha mantenido precisamente de medrar con la miseria, el hambre y el servilismo al que obligan. La Libreta de Abastecimiento quizás ha logrado que los beneficiados la pasen mejor durante unos días de cada mes, pero no ha contribuido a sacar a los cubanos de la pobreza definitivamente, en forma consistente, de largo plazo. La dictadura castrista sería inimaginable sin la pobreza del pueblo cubano: se ha dedicado durante más de medio siglo a “solucionar” la pobreza, manteniéndola y acrecentándola, en lugar de implantar instituciones que canalicen incentivos para eliminar la dependencia y crear riqueza. Nada de eso ha hecho el castrismo en 50 años, más preocupado en que los pobres sigan siendo pobres y por tanto vulnerables y dependientes del poder político-militar que sostiene y administra la soga alrededor de sus cuellos.
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[…] Publicado originalmente en el portal del Movimiento Libertario de México: http://www.libertarios.info/site/medio-siglo-de-miseria-en-cuba/ […]
[…] ___ [*] Víctor Hugo Becerra est le coordinateur pour le Mexique de la Fondation Friedrich Naumann pour la Liberté. Traduit de l'espagnol. […]
[…] publicado en el portal del MLM: http://www.libertarios.info/site/medio-siglo-de-miseria-en-cuba/ y traducido al francés, para su publicación en el portal Contrapunts, a cuyos editores agradezco […]