von Mises en Barceloneta
La semana pasada el congreso Catalán aprobó la realización de una encuesta popular para determinar si dicha comunidad autónoma quiere seguir formando parte de la Corona Española o no. Antes, claro está, el gobierno Español tiene que dar su visto bueno para que se lleve a cabo dicha consulta. Madrid, en medio de la peor crisis económica desde la segunda guerra, ha expresado su rechazo a este intento separatista, independentista, autonomista, llámenle como gusten.
Éste ciertamente no es un problema nuevo para España. El reino de Castilla nunca logró una cohesión política exitosa en la península ibérica, como sí lo hicieron franceses o los ingleses en sus respectivas regiones. Desde la Edad Media se la ha pasado perdiendo y ganando territorios. No hace mucho, Madre Patria era famosa por su lucha contra ETA. Sin embargo, desde hace una década, sus problemas parecían haberse resuelto con políticas multiculturales y una mayor autonomía para las regiones. Ahora, estas políticas de supuesta avanzada aparecen como efímeros y simplones paliativos.
¿Qué es lo nuevo de este reclamo catalán entonces? Lo nuevo es que Cataluña (¿Catalunya?) tiene dinero y a la vez tienen problemas financieros. Los catalanes no quieren estar gastando el sudor de su frente en pagar las escuelas de regiones menos productivas dentro del mismo reino, prefieren usarlo para resolver sus propios problemas de solvencia. Lo nuevo es también un contexto Europeo que ha acentuado la pertenencia nacional para hacer frente a un contexto financiero volátil. La cosa aquí es que la nación de los catalanes no es España, sino Catalunya. Lo nuevo, pues, es que la región tiene todo y el contexto ideal para independizarse e.
Ésta es la ocasión para pensar, desde el prisma liberal, el problema de la nación y de la independencia de las regiones.
¿Cuál es el problema en que un pueblo busque su independencia para usar sus recursos en su beneficio? ¿Acaso no están los catalanes en su derecho, como pueblo nacional, de pedir su independencia? ¿La Corona Española no estaría incurriendo en un abominable autoritarismo, imperialismo, ultraje nacional al imponerle a los catalanes la identidad Española? En resumidas cuentas: ¿Por qué Catalunya tiene que pagarle impuesto a España?
Recurramos a nuestros clásicos para ver qué solución nos tienen. Y ya que lo estamos conmemorando ¿Qué nos dice Von Mises al respecto?
Bueno, pues en su Liberalismo, nuestro afamado Ludwig nos recuerda que:
“Para el liberal, el derecho de autodeterminación implica que todo territorio, sea simple aldea, provincia o conjunto de provincias cuyos habitantes libremente, en limpio plebiscito, se pronuncien por separarse de aquel estado del que a la sazón forman parte, bien sea para crear su entidad independiente o para unirse con otra nación, puede libremente hacerlo. Es el único modo de evitar revoluciones, pugnas intestinas y guerras.”
El siempre conciso Ludwig al parecer ya tenía preparada la respuesta. El liberal está por la autodeterminación. Según esta postura,si los catalanes, en “limpio plebiscito”, deciden no pagarle impuestos a España y usar todos sus recursos para salir con sus uñas de estos tiempos difíciles, están en todo su derecho.
Pero entonces, alguien en Madrid levantará la mano y preguntará: ¿y qué pasa si todos los catalanes menos uno quieren la independencia? Bueno. En ese caso, le responderán desde Barcelona, él es libre de irse a vivir a Valencia, o a Asturias, o a Galicia, o a donde se le venga en gana. Y antes de que podamos pasar a la siguiente pregunta, otra voz madrileña se escuchará en el fondo: ¿Y si es una minoría la que se niega? El Barcelonés probablemente determinará: España es un muy grande, tío, no tiene porqué vivir en Catalunya si no quiere. ¿Y si el 49% no quiere la independencia? ¡Pues que les den po’l culo!
A ver entonces, si la mayoría del pueblo catalán, a través de una votación auténtica y libre, decide, muy liberalmente, buscar su autonomía y dejar de vivir bajo el yugo de Castilla, entonces, ¿eso le da derecho a imponer la voluntad de la mayoría sobre la minoría?
En términos liberales y libertarios, esto de la autodeterminación de los pueblos nos resulta bastante problemático: ¿La independencia se va convertir en el pretexto para imponer la voluntad de una mayoría de catalanes a una minoría de catalanes que quieren seguir siendo españoles?
¡Oh, Ludwig, ayúdanos en esta confusión! ¿Cuál sería una verdadera postura liberal en este caso tan áspero?
“El derecho de autodeterminación al que el liberal alude nada tiene que ver con ese supuesto ‘derecho de autodeterminación de las naciones’, pues lo que defiende el liberalismo es la autodeterminación de los habitantes individuales de la zona geográfica suficientemente amplia para formar su propia entidad administrativa. La autodeterminación, por eso, no puede ir más allá de los habitantes de aquellas unidades territoriales que tengan cierto peso demográfico.”
Esto ya parece más complicado, mi querido Lud. Entonces, si te entiendo bien, el liberal sólo está a favor de la autodeterminación cuando ésta beneficia a la libertad de los individuos. De acuerdo. No es la idea simplona de la “autodeterminación de las naciones”. Claro. Pensar en naciones no tienen sentido desde un punto de vista liberal ¿O sí? Es decir, a final de cuentas, ¿nos estás diciendo que la autodeterminación de una región (nación, sociedad, agrupación, empresa, como gustes llamarle) sólo es legitima a los ojos del liberal si ésta tiene como fin garantizar la libertad de los individuos? Y afirmas que esto es sólo posible en una “zona geográfica suficientemente amplia para formar su propia entidad administrativa”, ¿no es cierto? Y a ciencia cierta, ¿qué quiere decir eso? Digo. Catalunya tiene ciertamente un tamaño respetable pero, entonces ¿el tamaño sí importa? Liberia seguramente tiene un tamaño muy extenso y no creo que eso sea suficiente para garantizar la libertad de sus habitantes, ¿o sí?
¿Tu idea de una zona que sea capaz de formar su propia unidad administrativa no tendría más que ver con su capacidad de producir un contexto social en el cual sus individuos puedan gozar de los derechos liberales? En ese sentido, el espacio geográfico poco, o nada, tendría que ver, ¿no? Importaría más la riqueza que producen, los valores liberales de esas sociedad y los límites geográficos que comparten con otros pueblos, ¿no es así? Es decir, supongamos que Catalunya se independiza. ¿Y después? El problema del euro no lo van a resolver ellos. El problema de la migración africana, lo van a seguir teniendo. Y, a estos, le van a tener que sumar otro problema: el de los españoles del sur y del norte que van a emigrar a Catalunya para encontrar trabajo, o estudio, o bienes que no pueden encontrar en sus tierras, ¿no? ¿Y qué acciones tomaría entonces la radiante nueva capital, Barcelona? ¿Salir del espacio Schengen para poder sellar sus fronteras contra los migrantes? ¿Se va a salir del euro para así controlar su crisis financiera? ¿Va a gastar recursos en emitir pessetes catalans?
En mi opinión, el liberal tiene que tener bien claro que, más que la autodeterminación de lo pueblos, como bien nos indica nuestro admirado Von Mises, lo que importa es la libertad efectiva de los individuos.
En este sentido, no creo que una postura liberal congruente apoye la independencia de Catalunya. Porque, así como la cultura española unificada es mera ficción, también lo es la catalana. Lo que importa es cuál es el arreglo político que será más efectivo para mejorar, o al menos no empeorar, la situación de los derechos liberales de los habitantes de la región (cabe aclarar que en Catalunya no hay sólo catalanes). Y, para la libertad de sus habitantes, es mejor que Cataluña (así con ñ) siga formando parte España.
Por eso digo: no a la independencia de Cataluña.
Intentaré contestar en la entrada de mañana. Pero creo que Acción Humana nos ayuda a comprender por qué decir SI a la independencia de Cataluña, y a la mayor parte de las secesiones.
Sin duda una provocación interesante que espero despierte un poco el debate por acá!
Muy interesante discusión. No veo cómo sería mejor para el individuo habitante de Catalunya permanecer dentro del estado español. Pero si todo exploración de la libertad tiene que remitirse a lo que dice el libro para ser “congruente”, entonces ¿cuál es el punto de ser un humano liberal? Para eso sería mejor convertir la biblioteca liberal en un software que nos diga que responder a cualquier cuestioanmiento. Me recuerda al marxismo.
El liberalismo y el libertarismo conducen lógicamente a la panarquía -en el sentido de De Puydt: muchos tipos de gobierno coexistiendo en el mismo territorio, y donde cada persona se da de alta o de baja de acuerdo a lo que desee y sin necesidad de mudarse a otro territorio. Libre mercado de gobiernos; ver panarchy org. Eso me parece claro.
Fuera de eso, no sé qué convenga más a los catalanes. ¿No podría ser Barcelona una charter city?
Interesante el debate, pero lo planteas exactamente en el sentido opuesto en el que se está dando en Catalunya:
1. Sobre inmigración en Catalunya. Nadie se plantea fronteras físicas dentro de Catalunya, sin embargo, la amenaza continua en todos los medios de Rajoy y todo el aparato de gobierno PP, es precisamente que España vetaría a una Catalunya independiente su permanencia en la UE, en el espacio Schengen y en el sistema solar.
2. Sobre el espacio Schengen. Pues precisamente ese es el sello a la frontera a la migración africana, así que salir de él sería sin duda lo más liberal!. Desde Catalunya se ve una aberración la salida de la UE, porque hay mucho camino en común. Sin embargo desde un punto de vista liberal, para mi la réplica está clara: Sería una bendición huir de todas las regulaciones y las cargas administrativas de la UE, se podrían poner impuestos de sociedades del tipo de Gibraltar o Andorra, etc, etc. Es decir, competencia fiscal y libertad personal.
3. El Euro. No tendría sentido crear una moneda propia y tampoco nadie se lo plantea. Sería una barrera al comercio. Cualquier Estado puede usar ya actualmente la que le dé la gana. Como Panamá con el dólar.
4. Evolución. Catalunya es lo que es gracias a su sociedad civil, mucho más fuerte que en el resto de España (con un porcentaje de funcionarios por población más alto), y es cierto que ha estado perdiendo fuerza respecto al entramado administrativo local. Pero cosas como las manifestaciones del 11-S o la Via Catalana son fenómenos meramente civiles en que los partidos políticos se han visto arrastrados.
La conclusión es la obvia para cualquier liberal: Si Catalunya independiente o no?. Pues lo que les dé la real gana a los catalanes!!. Sin imposiciones ni mentiras de falsos paraisos o infiernos.
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