Mont Pelerin en Perú
El sábado de la semana pasada me encontraba en un vuelo de American Airlines que, partiendo de Dallas, se dirigía a la bella capital del país otrora convulsionado por el sendero luminoso, Perú. Eran casi las dos de la mañana cuando, después de cabalgar durante más de diez horas, en nuestro horizonte aparecían las brillantes luces de esa impresionante ciudad, Lima.
Luego de sufrir el vía crucis con la clásica burocracia de inmigración, aduanas etc, de la mano de mi buen amigo, Eugenio D ‘Medina, economista peruano y gran amante de la libertad, quien tuvo la gentileza de recibirme, arribaba a mi hotel pasadas ya las tres de la mañana y vencido por el cansancio, me tiraba sobre la cama para visualizar los eventos que me esperaban los días siguientes participando en la reunión anual de la Mont Pelerin Sociaty.
¿Qué es la Mont Pelerin Sociaty?
Corría el mes de abril en 1947 cuando un grupo de estudiosos de eventos públicos en Europa y los Estados Unidos, se reunían en Mont Pelerin, Suiza, para discutir las crisis de esos tiempos al darse cuenta que los valores centrales de la civilización estaban en peligro. En muchos rincones de nuestro planeta, las condiciones esenciales de la dignidad humana y de libertad estaban desapareciendo. La posición del individuo y grupo voluntario estaban siendo amenazados por la expansión de poderes arbitrarios. Aun las más preciosas posesiones del hombre, libertad de pensamiento y de expresión, eran amenazadas por la aparición de credos que, aun incrustados en posiciones de minoría, agresivamente buscaban establecer mecanismos para identificar y destruir todas las visiones que no fueran las suyas. Nacía nuestro frente ante el estatismo.
Al día siguiente me encontraba en el restaurante con Pancho Burquez Valenzuela y me presenta a su compañero de viaje, Carlos Maurer, un empresario de la ciudad de México, físico de formación, filósofo por vocación, un hombre con un intelecto más grande que su estatura que fácilmente supera el 1.90 Mts, toda una biblioteca de conocimientos.
Después de que el fuerte café peruano surtiera sus efectos acelerándonos el pulso, partimos a un recorrido por la ciudad que, más que un centro urbano moderno, me parecía un enorme museo colonial impresionante y difícil de narrar. A las tres de la tarde arribábamos a un restaurante en la zona del callao, sobre una playa que me recordara la ciudad de San Diego. Cual no fuera nuestra sorpresa al encontrarnos ahí con Roberto Salinas León, el genio de Álamos Alliance, acompañado de Enrique Ghersi, un excelente abogado peruano, mejor amigo y el organizador del evento.
A las siete de la noche el senador Burquez Valenzuela, Carlos Maurer y yo, invadíamos los jardines del hotel Country Club-San Isidro donde se llevaría a cabo la cena bienvenida con mensajes de Pedro Schwartz, presidente de la Mont Pelerin, y Mario Vargas Llosa, escritor peruano laureado con el premio Nobel de literatura y Presidente de la Fundación Internacional por la Libertad. En la estancia del enorme salón listo para la cena, nos encontrábamos con más de 300 liberales procedentes de todo el mundo. Circulaban las copas de vino para luego chocar en los brindis por la libertad entre viejos y nuevos amigos. Ahí estaban todos los legendarios liberales desde Mary O’ Grady de los EU, Alberto Benegas Lynch de España, el admirado Alito, Arnold Harberger, fundador de los Chicago Boys y de Alianza Álamos, Deepak Lal, economista que ha coqueteado con el premio Nobel y originario de la India y muchos mas.
Terminada la cena y al estar en los postres, se iniciaba formalmente la convocatoria con mensaje de bienvenida de Enrique Ghersi. Nos dirigía luego la palabra el presidente de la sociedad, Pedro Schwartz, economista español doctorado en el London School of Economics y, para finalizar, se nos sirve el plato fuerte; Un mensaje de libertad en labios de ese legendario hombre de letras y gran liberal, Mario Vargas Llosa. Los organizadores habían seleccionado a este gran flautista mágico que, con la belleza de sus palabras, lograba se abrieran nuestras mentes para seguirlo, abordando el buque de la libertad. Esa nave que ya tanto ha navegado por los huracanados mares en donde enemigos de las sociedades libres y, sobre todo, enemigos nuestros, los liberales, agazapados esperan para llevarnos al naufragio.
Terminada la cena saludaba a ciertos amigos especiales como Maria Blanco, una bella española que porta un doctorado en economía, autora del best seller; “Las Tribus Liberales,” los representantes de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, Ian Vazquez, peruano residente de los EU y apersogado en el Cato Institute, Richard Rahnn, abogado, economista y autor, Ricardo Gomes, un joven abogado brasileño y líder del movimiento tratando de terminar el mandato de su presidente, Dilma, Luis Ball, empresario venezolano exiliado por Chavez a los EU, y creador de uno de los mejores portales de contenido liberal en castellano. No faltaría el buen amigo Rolf Luders, economista chileno ex ministro de Hacienda.
De regreso al hotel pensaba en los mensajes recibidos y me convencía de la gran necesidad de participar con más empeño en esta cruzada, especialmente después de escuchar al Dr Schwartz: “La libertad solamente puede avanzar si nosotros tomamos conciencia de la continua amenaza que representan quienes pretenden separar la democracia de las libertades individuales, propiedad privada, mercados libres y el estado de derecho.
La libertad peligra en muchas partes del mundo. Como el primer presidente español de nuestra sociedad, estoy especialmente consiente de la expansión del populismo en Europa y América Latina. Es muy triste observar democracias dictatoriales, desde Cuba hasta Argentina, estableciendo sus raíces cada vez más profundas en este continente. Pero el cambio que sufre Chile en estos momentos, país que fuera el gran ejemplo para todos los amantes de la libertad, es la fuente más grande de nuestra aprehensión. En esta reunión escucharemos ideas y estrategias para presentar nuestro frente de libertad.
El título de la convocatoria era sugestivo: “Libertad; Teoría y Práctica”, y en los días siguientes se develaría ante nosotros las ideas y estrategias para ejecutar planes que rompan las cadenas de la humanidad. En esos momentos pensaba; esta será una buena oportunidad para observar a Pancho Burquez Valenzuela y ratificar el avance de sus ideas liberales que, con orgullo puedo afirmar, han sido promovidas en mí cruzada ante las tribus liberales de Sonora.