#StateWins libertad, igualdad y matrimonio homosexual
Esta es una entrada para esbozar brevemente la perspectiva libertaria alrededor de la legalización del matrimonio entre personas con el mismo sexo.
¿Alguien que defiende la libertad individual puede estar en contra de la unión entre personas del mismo sexo?
Claro que puede. Nadie esta obligado a aceptar o aplaudir las decisiones de vida de alguien más. Lo que no puede, al menos sin dejar de ser consistente con su valoración de la libertad individual, es interferir con los planes de personas del mismo sexo que decidan hacerlo.
¿Entonces están a favor de la legalización del matrimonio del mismo sexo?
No necesariamente. Lo que sigue lógicamente de la respuesta anterior es que, si nadie tiene derecho a interferir con los planes de vida de otros, las licencias de matrimonio otorgadas por el Estado no deberían de existir. Nadie tendría por que pedir permiso para unir su vida de la manera que considere apropiada con quien considere adecuado.
¿Entonces no hay relación entre la legalización del matrimonio homosexual y principios como igualdad o libertad?
Si la hay, pero es precisamente la opuesta. Cuando los paladines del matrimonio entre personas del mismo sexo portan los estandartes de la libertad e igualdad lo hacen en un sentido muy particular. El lado de la libertad es bastante directo: El gobierno viola nuestra libertad por no dejarnos estar con quien amamos y legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo resolvería el problema. Mientras en el lado de la igualdad denuncian el que el gobierno trate de manera desigual a las personas según sus preferencias sexuales. En realidad no se refieren a que el Estado no les quiera dar un papel que a otros, con distintas preferencias, si otorga. Además del sello de aprobación, el Estado otorga una serie de privilegios y beneficios a quienes cuentan con él, he allí el gran problema de igualdad y la necesidad de legalizar el matrimonio gay.
¿Entonces cuál es su problema? ¿no pueden pintar sus avatars con el arcoíris y celebrar la victoria de la libertad y la igualdad en estos tiempos de tanta intervención gubernamental?
En lo personal no puedo. Entiendo que lo celebren quienes ahora acceden a esos beneficios otorgados por el gobierno y pueden estar con la persona que aman. Los felicito porque lograron que papá gobierno les diera un permiso más. Pero mi interés y preocupación permanece con todos aquellos cuya libertad de asociación se sigue viendo limitada por el matrimonio hetero y homosexual, y cuya igualdad ante la ley se ve vejada por los privilegios de los casados ante la ley.
Es un poco una cuestión de ver la foto instantánea o toda la película. Por ejemplo, nadie puede negar que las personas que dejaron de ser sorteadas para ir a pelear las guerras norteamericanas a mediados del siglo pasado gozaron de mayor libertad y protección de sus derechos frente al gobierno norteamericano. Pero tampoco creo que alguien pueda poner en duda el hecho de que las propuestas de Freedman ayudaron a la eficiencia de la maquina de guerra norteamericana. La verdad es que la naturaleza del Estado (usar la violencia para los fines políticamente definidos) se hizo más tolerable y la opinión pública en contra de la guerra se diluyó. Mientras tanto el gobierno mantuvo y aumento su actividad violenta desde que prohibieron los sorteos y decidieron pagar soldados.
Toda proporción guardada, nos encontramos ante un caso similar. La arbitrariedad en la redistribución de privilegios por parte del gobierno se vuelve menos problemática, pero su autoridad para hacerlo permanece intacta, si no es que revigorizada. Lo mismo pasa con la autoridad para decidir que se vale y que no, en cuanto a modelos de unión. Celebrar la decisión de la Suprema Corte es aplaudir el uso de la fuerza y recursos públicos para apoyar instituciones sociales que el gobierno considera aceptables. Relegando a la injusticia todo aquello que la opinión pública no haya vuelto políticamente rentable (si, la Corte también reacciona a esas cosas). No es una victoria ni del amor, ni la libertad, ni la igualdad. No lo celebro porque quiero recordarles eso, y advertirles que mañana, cuando el gobierno cierre tiendas de pasteleros que no quieran prestar sus servicios a bodas homosexuales u obligue a iglesias a llevar a cabo los matrimonios en contra de su voluntad, tendremos menos libertad, igualdad y también menos amor.
¿Celebrar el corto plazo o preocuparse por el largo? cada quién debe responder esa pregunta, pero me parece que no muchos se la están haciendo.
Es refrescante leer este artículo. Ya me sentía sofocado ante tantos liberales que estaban celebrando esto como una victoria para la libertad.
Muchos liberales no entienden que en contrato matrimonial mexicano, es un contrato tripartita, donde el tercero es el gobierno. Firmar un contrato matrimonial, en México, es aceptar y atarse ante las leyes del matrimonio, leyes que están más allá del contrato.
¡Saludos!